La crisis es el “estado natural” de la historia mundial. Los períodos aparentemente estables, son nada más ni nada menos, que incubaciones de la próxima crisis. Partiendo de esa base el humor es una buena manera de lograr, si no entender al menos soportar los embates del disparatado devenir histórico. Tomar en broma lo aparentemente serio lejos de banalizar el horror es quitarle la máscara siniestra y reducirlo al ridículo, lo único que molesta realmente a los poderosos.
Este monólogo siempre irónico, a veces melancólico, otras mal hablado trata de hablar de las crisis económicas, sociales y de nervios. El autor - actor, tiene 75 años y es argentino, dos condiciones: la vejez y la nacionalidad que lo habilitan para hablar del tema. Este será un paseo por la historia del mundo con destino final incierto y varias escalas en el sur del continente americano. Si puede, ría, si quiere llore, y si prefiere reflexione.
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